miércoles, 6 de abril de 2011

Sin saberlo y sin quererlo, hoy, de repente, me ha venido un recuerdo, me ha pillado por sorpresa, en clase, mientras "atendía" al profesor. Sé que lo nuestro se acabó, que tu estas rehaciendo tu vida y debería de olvidarte pero ese recuerdo, justo ese, me a hecho volver a quererte como el primer día. Noto como mi mente divaga en cada momento que hemos pasado juntos, como me traiciona y vuelve a evocar tu imagen sonriéndome y entre recuerdos llego a aquel día en el que empezamos todo, tú, yo y nadie más. Cuando nos quedamos solos en la playa sin saber que decir o qué hacer, como tú, entre risitas nerviosas, me dijiste lo mucho que te gustaba y te acercaste lentamente a mis labios y como yo, cargada de emoción por saber aquello, me dejé llevar. Algo me saca de aquellos recuerdos, la sirena, es hora de volver a casa pero yo hoy pasaré por un sitio antes. Llego a la playa, a aquel lugar donde me besaste por primera vez y dejo que las lágrimas salgan, sonrío entre ellas, todo iba tan jodidamente bien....Pero todo tiene su fin, o eso dice la gente, quizá nosotros no estábamos realmente destinados, quizá ahora nos toque seguir nuestro camino por separado, hacer nuestras vidas y recordar todo aquello como una bonita historia de amor. Sí, creo que el ir a ese mismo lugar donde empezó todo es el primer paso para olvidarte.

domingo, 20 de marzo de 2011



Te conocía o eso pensaba hasta ayer, hasta que volví a verte, hasta que vi cómo has cambiado, como eres ahora. Tenía mil maneras para definirte, eras alegre, divertida, sociable, te encantaba reír, bailar, hacer el tonto, cantar…. Te gustaba que fuéramos a los sitios andando, cogidos de la mano, que te gustaba el tacto de mis manos, te gustaba que te besara en la frente, decías que te daba seguridad. Una de las cosas que más llegue a echar de menos fue tu sonrisa, siempre tenías una para mí, a todas horas, aunque estuviera enfadado contigo, aunque llegara cansado del trabajo, aunque ni siquiera tuviera ganas de mirarme al espejo…. Pero todo eso se ha roto al verte hoy, has cambiado tanto que no te reconozco, tu sonrisa se ha borrado, tu alegría se ha ido, tus ojos no tienen aquel brillo que tanto me gustaba mirar… te has vuelto fría, fría como la nieve.

sábado, 19 de marzo de 2011



A veces, y digo, solo a veces, me gustaría ser un pájaro. Me da igual qué tipo de pájaro sea, me da igual si es grande o pequeño, me da igual el color, blanco, negro o marrón…..no me importa el tamaño del pico ni el de las patas… ni siquiera cuán colores se entremezclan entre las plumas. Solo me importaría tener unas grandes alas y ser el más rápido en utilizarlas, en agitarlas y poder sentir el viento en la cabeza y que mueva las plumas, eso sería señal de la gran velocidad a la que iría. Poder sentir que soy libre, que puedo ir a donde quiera y cuando quiera, que no esté atada a nadie, que no necesite a nadie más para ser feliz, poder visitar miles de lugares sin necesidad de eso que corrompe a tanta gente, el llamado dinero. Ya te he dado mis razones… ¿y a ti? ¿Qué te gustaría ser?

Vainilla, para muchos el olor de un helado, de una colonia, de un flan, de un champú, de una crema, teniendo en cuenta el gran avance que está teniendo el mundo puede ser el olor de cualquier cosa…. Para mí, tu olor, algo que te caracteriza, algo por lo que te conozco, algo que me gusta de ti. Sé que siempre te dije que odiaba ese perfume, que era demasiado empalagoso pero en realidad nunca fue así, es que tengo que confesarte que me encantas cuando te enfadas, cuando me dices que me odias y, en verdad, ninguno de los dos nos lo creemos pero hacemos que sí porque si no esto no tendría emoción. También tengo que confesarte que me encanta ver como arrugas la nariz cuando estás pensando algo o cuando te frustras al ver que algo no te sale, me encanta cuando terminas riéndote a carcajadas y me contagias, porque sí, tu risa es contagiosa, al menos para mí. Podría seguir describiendo todas y cada una de las cosas que adoro de ti, pero vas a despertarte ¿y sabes qué? Que me encanta amanecer contigo.

sábado, 12 de marzo de 2011

                                                                                         

     
Muy a menudo,

casi siempre,

callar es también mentir.